Piano, piano... #LVN9
Una de las facetas más divertidas del fútbol es virarse al pasado y observar qué jugadores se han quedado atrás y quiénes han seguido adelante. Especialmente en el caso de quiénes empiezan a despuntar con 23-25 años, resulta curioso echar la vista atrás y ver qué eran capaces de hacer en edad juvenil.
La Real Sociedad es una de las mejores academias futbolísticas del mundo. Ni falta hacen los ejemplos. Sin ir más lejos, hoy en día 17 de los 24 jugadores de su plantilla (además de entrenador y cuerpo técnico) han salido de Zubieta.


Como decimos, la de los txuri-urdin es una fábrica de talento. Pero no sólo por amamantar a Oyarzabal, Griezmann y Xabi Alonso (jugadores que seguramente habrían llegado a la élite desde cualquier cantera), también por desarrollar a quiénes no saben traducir su talento de la academia al profesionalismo. Este es el punto de la newsletter.
Hace relativamente poco surgió esta foto en el timeline de LaVitrina. Es del 2013, año en que la Real Sociedad juega Champions League (tras clasificarse con el gol de Griezmann en Riazor que salvaría al Celta). En la foto se ven a los cuatro mejores jugadores de su juvenil, que disputaría Youth League.
¿Quiénes son? De izquierda a derecha Jon Guridi, Martín Merquelanz, Jon Bautista y Álvaro Odriozola. Todos generación ‘95 de la Real Sociedad. Hoy en día 25 años. También formaba parte de ese equipo Luca Sangalli.
Lo verdaderamente curioso de la foto es que tiene 7 años y medio. Merece un análisis.
El primero en debutar en LaLiga (temporada 2015/2016) fue Bautista, con Eusebio. Llegó a jugar en cuatro partidos distintos y, aunque estaba verde en muchos aspectos, llegó a anotar. Alternó primer equipo y filial hasta la pasada temporada 19/20, cuando se marchó “á la Erasmus” al KAS Eupen belga y comenzó a despuntar. A su vuelta este año se ha convertido en un buen delantero de rotación, virándose importante sobre todo en Europa League. No es un delantero cotizado ni mucho menos, pero ya está rindiendo a un elevado nivel en un rol importante de un gran equipo. No es poco.
La temporada siguiente llegó el turno de Guridi y Odriozola. El primero debutó partiendo como titular en Mendizorroza, pasando más bien desapercibido y no volviendo a contar para Eusebio. Sí contó Odriozola, a quién a mediados de 2017 reubicado como lateral ya se le intuían condiciones como puñal ofensivo. Acabó la temporada de su debut con 15 partidos y grandes actuaciones.
Conocida es por todos su historia, tras firmar por E̶l̶ ̶G̶a̶n̶s̶o̶ el Madrid, su carrera (a nivel deportivo, selección y de protagonismo) se vendría abajo. No así a nivel de equipo, pues es campeón de Liga, Bundesliga, DFB Pokal y Champions.
La carrera de Guridi ha sido menos glamurosa. Como Bautista, alternó filial y primer equipo durante años. En Enero de 2019 dejó Zubieta por primera vez dirección Mirandés, dónde de la mano de Borja Jiménez (ex-técnico Rápido de Bouzas) y con Hugo Rama como compañero ascendió a 2ª División. Continuó otra temporada a orillas del Duero, con Andoni Iraola ahora como entrenador, donde se convirtió en revelación de la temporada jugando incluso Semifinales de la Copa de SM El Rey.
Jon Guridi es un mediocentro talentoso, con una maravillosa zurda pero algo enclenque. Si se ha ganado un puesto en la plantilla de la Real es porque con 25 años ha adquirido las condiciones que no tenía con 18, aunque hablemos exactamente del mismo talento bruto. 7 años y medio para competir en la élite.
El menos afortunado de los cuatro (aunque quizás hoy en día sea el más cotizado) fue Merquelanz. Tras el partido de Youth League en Manchester (que por cierto, ganaron) pasó casi 5 temporadas en el filial de los donostiarras. Debutó con Asier Garitano en 2018 vs Eibar y se rompió el cruzado a los seis minutos. Ocho meses de baja.
A su retorno cogió la misma vía que Guridi; cesión en el Mirandés. Y se salió. 17 goles y 9 asistencias para Martintxo, que volvió a Donosti este pasado verano y renovó hasta 2025 bajo cláusula de 60 kilos. Es buenísimo, aunque no esté jugando lo que debería.
No sabemos si hace 8 años la dirección deportiva de la Real Sociedad se sentó en una mesa redonda y debatió algo así como: “… tenemos en nuestras manos cuatro jugadores con un enorme potencial, aunque todavía muy verdes. Establezcamos un plan antifrágil a 8 años para desarrollar su talento sin prisas pero de manera consistente” o si ha sido un proceso fortuito, “dejando que los chavales camelen” sin prisas en el filial. Pero han llegado todos. Y es una locura. Podría decirse “Odriozola sí tuvo un desarrollo rápido y certero, se veía venir que la iba a romper…” pero es que tampoco. Odriozola con 18 años era un extremo/atacante habilidoso. Ni siquiera de él (quién más lejos ha llegado de momento) se podría haber previsto semejante salto a la élite.
No sabemos si Guridi, Merquelanz y Bautista jugarían 5 temporadas en el Sanse estando convencidos de que llegarían a la élite o si tendrían dudas a lo largo del proceso. Dudas sobre su verdadero nivel, potencial y talento. Lo cierto es que, sin hacer ruido, la Real Sociedad ha desarrollado el talento de 3 jugadores vitales en su plantilla pagando únicamente con el inexorable paso del tiempo.


8 años de maduración constante y cesiones oportunas, alejados de focos y hype.
Naval Ravikant, angel investor e influyente tuitero, dice que todo lo bueno en la vida proviene del interés compuesto (del crecimiento exponencial del retorno de una inversión). De saber poner el punto en la mira y esperar. Aunque la fórmula [CapitalFinal = CapitalInicial (1 + interés)^tiempo] es matemática básica, la filosofía oculta merece una reflexión. Textualmente, según Naval:
“Relationships offer a good example of compound interest. Once you’ve been in a good relationship with somebody for a while—whether it’s business or romantic—life gets a lot easier because you know that person’s got your back. You don’t have to keep questioning.
If I’m doing a deal with someone I’ve worked with for 20 years and there is mutual trust, we don’t have to read the legal contracts. Maybe we don’t even need to create legal contracts; maybe we can do it with a handshake. That kind of trust makes it very easy to do business.
Mutual trust makes it easy to do business”“Las relaciones ofrecen un buen ejemplo de lo que es el interés compuesto. Una vez que has estado en una buena relación con alguien durante un tiempo, ya sea con tu pareja o respecto a un negocio, la vida se vuelve mucho más fácil porque sabes que esa persona te respalda. No tienes que seguir preguntando. Si estoy haciendo un trato con alguien con quien he trabajado durante 20 años y hay confianza mutua, no tenemos que leer los contratos legales. Quizás ni siquiera necesitemos crear contratos legales; tal vez podamos hacerlo con un apretón de manos. Ese tipo de confianza hace que sea muy fácil hacer negocios. La confianza mutua hace que sea fácil hacer negocios "
De la misma manera, no hay nada mejor para el desarrollo de talento que apostar por el entorno correcto y saber esperar. Lo de Mikel Oyarzabal es la excepción; no es normal jugar 250 partidos en la élite antes de cumplir 24.
Prácticamente todos los futbolistas del filial del Celta tienen el talento y mentalidad necesarios para llegar al primer equipo. Si bien hay quién ya ha dado el salto (Fontán) o están cerca de hacerlo (Carreira), también son varios a los que le falta tiempo y paciencia (eg. Iker Losada, Pampín o Alberto Solís) pese a tener todo lo que hace falta para llegar.
Por otra parte están Gabri Veiga y Miguel Rodríguez, que siendo ‘02 y ‘03 respectivamente ya han jugado en primera más que algunos de los citados (más también que Odriozola y Oyarzabal a su edad). Teniendo 18 años no es que sean jóvenes, es que también lo van a ser dentro de 5 años. Que se asienten es cuestión de tiempo y, otra vez, contexto. En 5 años seguirán teniendo margen de mejora.
Será bonito retrotraerse a este texto en 8 años y ver quiénes han llegado. Personalmente creo que todos los citados pueden dar el salto.