El sustituto de Aspas no existe, #LVN6
El último lustro del RC Celta está marcado incontestablemente por la figura de Iago Aspas. El delantero de Moaña ha sido la bandera del club tanto en la época europea de Berizzo como en los tenebrosos tiempos recientes, en los que su figura ha sobresalido todavía más ante el bajón de rendimiento de sus compañeros. Esta superioridad ha terminado generando una dependencia que tuvo como cumbre los meses de #ANosaReconquista, en los que el “10” protagonizó seguramente las actuaciones más heroicas de un futbolista fuera de Barcelona o Madrid en los últimos diez o quince años de competición.
Desde aquel momento, cada partido que el astro gallego se pierde por sanción o lesión ha sido observado con lupa, comprobando que el equipo no es capaz de ganar sin Iago. Con la derrota el viernes ante el Villarreal se alcanzó la escandalosa cifra de 1 victoria en los últimos 17 compromisos ligueros sin Aspas, lo que inevitablemente desembocó en el clásico “esta plantilla no tiene recambio para Aspas”, “se lesiona Iago y nos vamos a Segunda” o simplemente “la planificación es un desastre”. Contrariamente a lo que piensa el grueso de la afición, en este texto vamos a desmentir completamente ese pensamiento con razones simples y básicas que a menudo parecemos olvidar.
Iago Aspas es el mejor jugador de la historia del Celta, basándonos en la opinión de aquellos que han visto los últimos 40+ años del equipo. Por tanto, si en 97 años de historia el de Moaña es el mejor de TODOS los que han pasado por Vigo, lógicamente si no juega el encargado de sustituirle va a ser peor que él.
Iago Aspas es un jugador TOP mundial. El Celta no es un equipo top mundial, por lo que haciendo un silogismo, Iago Aspas está por encima del nivel del Celta. Entendiendo esta segunda obviedad, un jugador de banquillo del conjunto vigués (pongamos el jugador 12 de la plantilla) nunca va a ser top mundial, por lo que va a ser considerablemente peor que el atacante de Moaña.
Iago Aspas juega en el RC Celta por una cuestión única y exclusiva de amor al escudo. Si el “10” hubiese nacido en cualquier otra parte del mundo, el Celta jamás podría haber optado a tener en sus filas un futbolista de su talento. De esto se deriva que el éxito de la entidad es haber sido capaz de retener a Iago todo este tiempo, no el hecho de no poder buscarle un suplente.
El Celta es un equipo clásico de media tabla, que circunstancialmente se mete de lleno en la pugna europea o en la del descenso en función de cómo salga cada temporada. Cuando se está escribiendo este texto el equipo vigués es octavo en la clasificación, por lo que conserva ciertas opciones de clasificar a Europa. Estas opciones se sustentan exclusivamente en el rendimiento extraordinario del “10”, por lo que una lesión de media/larga duración automáticamente eliminaría al equipo de esa pelea. El Celta es el undécimo presupuesto de la competición, por lo que actualmente está por encima de su “realidad” económica. Si con la lesión de Iago el equipo perdiese tres o cuatro puestos en la tabla no sería por falta de planificación, sería que antes estaba por encima de sus posibilidades.
Otra de las realidades más básicas y obvias. A cualquier equipo de nivel medio que le quites su estrella le haces un roto irreparable. En caso de ganar sus partidos pendientes, el Aston Villa sería cuarto en la Premier. Si se lesionase Grealish dos meses, ¿sería mala planificación no tener un recambio adecuado? ¿O simplemente es que cualquier jugador sobresaliente en un equipo de nivel medio es irremplazable?. Los villanos podrían dejarse 50 millones en Coutinho (por decir alguien) y seguirían perdiendo rendimiento respecto a la joven estrella británica.
Iago Aspas recibe un sueldo muy inferior al que debería en comparación a sus homólogos en la tabla de goleadores (Messi, Benzema, Suárez, etc). Siguiendo con otra perogrullada, el relevo del “10” lógicamente tendría que cobrar menos que él. ¿Existe algún jugador que firme 15 goles + 5 asistencias por temporada y cobre menos que Iago Aspas? Es un dato que desconocemos, aunque todo parece indicar que no. En el caso de que lo hubiese, ¿puede el Celta tener un jugador de 1,5 millones netos en el banquillo por si se lesionase Aspas? Evidentemente, no. Emre Mor es el mejor ejemplo.
La posición del moañés en el campo es indescifrable. Es un atacante que no es 9 puro, no es un jugador de banda y tampoco un mediapunta de definición. Si nos propusiésemos firmar al hipotético “relevo” de Aspas, ¿qué perfil tendría que tener?
Siempre se habla de la necesidad de fichar “un delantero”. Poniendo que este fuese Borja Iglesias como se viene rumoreando estas semanas, ¿una pareja Iglesias-Mina arriba daría al Celta el fútbol que pierde con Aspas? Como es obvio, no.
Lo más seguro es que el sustituto idóneo de Aspas fuese un mediapunta con gol, más un Fekir que un Maxi Gómez. ¿Hay algún enganche fuera de Champions con números de gol y generación de fútbol mínimamente semejantes a los de Iago? Pueden imaginarse la respuesta.
Por hacer un ejercicio de fútbol ficción, navegando por las cinco grandes ligas, un jugador 8 goles + 7 asistencias fuera de equipo Champions es Mkhitaryan. Suponiendo que el Celta pudiese permitirse su sueldo (no puede), ¿podría tenerlo en el banquillo esperando una lesión o las 5 amarillas de Iago? ¿Sería capaz de generar fútbol entre líneas al nivel del “10”? ¿Su presencia en plantilla sería una certeza absoluta? A la vista de lo sucedido en innumerables proyectos fallidos, no. La seguridad en la relación precio/rendimiento de un fichaje nunca existirá en el fútbol.
La polivalencia de Iago para actuar en cualquier lugar del frente ofensivo se vuelve en contra cuando causa baja por algún motivo. El hecho de colocarlo como mediapunta titular, delantero centro comodín y extremo derecho alternativo dificulta mucho el fichaje de un recambio. ¿Por qué? Porque jugadores que puedan rendir a ese nivel en todas esas demarcaciones hay dos o tres en el fútbol actual: Messi, Griezmann, Mbappé tal vez… En definitiva y siguiendo con el tema de fondo de este texto, jugadores inalcanzables.
Tras el desastre de la temporada 18/19 con los Boufal, Sisto, Boudebouz y demás la opinión generalizada era que los jugadores cedidos no tenían compromiso, que había que fichar gente que sintiese de verdad los colores y con la calidad suficiente para quitar responsabilidad a Aspas. Por aquel momento era un sueño pensar en Denis o Rafinha, sin embargo esos sueños se volvieron realidad y ambos retornaron a Vigo.
¿El resultado? Una temporada peor que la anterior. ¿Su consecuencia? La gran mayoría de la afición volviéndose contra la dirigencia por firmar los jugadores por los que llevaban suspirando años y años. 12,9 millones de euros valió Denis Suárez, una apuesta de las grandes en las que todo el mundo coincidía como acierto hasta que hizo dos partidos malos. Ahí empezaron a salir los típicos “la plantilla está descompensada, esto se veía venir desde verano” (ese verano en el que la clasificación a Europa se pintaba casi como obligación) y una vez más, miradas al palco para señalar su teórica incompetencia.
Se fichó también un delantero centro suplente, un jugador que pudiese cubrir la baja de Santi Mina y aportar goles en momentos importantes (básicamente lo que se pide en este mercado). Llegó el Toro Fernández, este sí, a todas luces un error de la dirección deportiva celeste. Sin embargo, con él sucedió lo contrario, hasta esta temporada en la que está naufragando por Zaragoza la corriente en redes sociales era que no había tenido oportunidades, que podía aportar mucho y ser similar a Maxi (simplemente por compartir nacionalidad, obviamente). A favor de Gabriel hay que recordar que marcó en la única victoria liguera de la temporada pasada sin gol de Aspas.
¿Qué queremos expresar con esto? El pasado curso llegaron dos jugadores del Barcelona: un mediapunta (Rafinha) y un jugador por entonces enganche adaptable a la banda izquierda (Denis), así como un delantero tanque para hacer goles, a grandes rasgos lo máximo a lo que puede aspirar un club de mitad de tabla para suplir a Iago. ¿Cuál fue el resultado? Sin los goles de Aspas el Celta hubiese estado descendido en enero.
Por lo tanto no, en línea con la newsletter de la semana pasada, no existen las certezas en el fútbol, algo que si eres tuitero habitual te costará entender viendo como todo ellos tienen la fórmula segura para la tranquilidad y el progreso del club. Para muchos la clave es dejarse 20 millones en el RDT de turno a pesar de que luego marque cuatro goles y eso te condene a Segunda en la jornada 34. Pero da igual , el presidente “apostó” y eso es lo que importa, se valora más eso que el acierto. Bueno, mejor dicho se valora en otros clubes, ya que la “apuesta” de 12,9 millones por Denis, la de Aidoo o la del propio Toro (nefasta) parece que nunca existieron.
Siempre está bien volver un poco atrás y acudir al tweet de Aspas una vez se anunciaba el fichaje de Rafinha en el final del mercado de verano 2019.
Más de 3.000 likes, respuestas cargadas de euforia e ilusión a raudales. Bien, dos meses después Miñambres era un incompetente, la plantilla estaba a vista de todos descompensada y era una vergüenza tener un director deportivo así. Evidentemente, ningún aficionado se retractó de sus propias opiniones o reconoció su propio error, el único que no vio venir el desastre era Miñambres.
Y sí, va por delante que a un aficionado no hay que exigirle el ojo futbolístico que a un profesional que vive de ello, eso lo sabemos todos. Pero es que el propio Iago Aspas estaba ilusionado en aquel momento, viendo que a su alrededor iba a tener jugadores teóricamente por encima del nivel Celta. Luego por lo que sea las cosas no salieron, porque el fútbol no son 2+2 y por suerte nunca lo será. Todas las direcciones deportivas fallan en mil decisiones cada temporada, la virtud radica en errar menos que tus homólogos.
En relación con esto, por supuesto que tampoco nadie ha reparado en darle el más mínimo mérito a la dirección deportiva por apostar todo a Coudet, sin experiencia en Europa y en plena competición de Brasil en noviembre. Por cesar a un entrenador en un momento impopular (haber empatado en Elche jugando bien) creyendo que el equipo tenía un margen de mejora mucho mayor. Los presidentes y directivos solo traen a los entrenadores cuando estos fracasan, cuando les va bien el mérito es exclusivamente de los técnicos. Antes de debutar, Coudet era “otra moneda al aire”, tres semanas después todos estábamos en La Chachoneta y pensando en hacerle una estatua en Balaídos. Fútbol.
Seguramente el gran debe del Celta estos últimos años radique en no haber sido capaz de acertar con la idea de juego. No encontrar nunca el equilibrio ataque-defensa y tener una idea clara a seguir juegue quien juegue en cada partido. Es el camino en el que el Chacho está progresando adecuadamente y en el que encontrará buenas reválidas ante Betis o Eibar. Eso sí, si por errores individuales se regalan 4 goles en 20 minutos, ni Coudet ni Aspas pueden hacer nada. Démosle margen al argentino antes de sentenciar que “sin Iago somos de regional”
Por contra, el que desde luego no es el problema es “no tener recambio” para Iago. Porque cuando no está el “10” el que juega en su sitio es Brais Méndez, internacional -circunstancialmente, pero internacional- con la selección española o Santi Mina (45 goles en Primera con 25 años). El año pasado ante la baja de Aspas en Getafe fue Rafinha quien jugó en su lugar (meses después, jugador del PSG).
¿Sería mejor tener un Carles Gil en el banquillo para ese rol? ¿Un Juanmi? ¿Un Edgar Méndez? Bueno, mucha gente piensa que sí y tal vez acierten y nosotros nos equivoquemos, pero no parece que el problema real sea ese. Esa solución aparece más como comentario de bar fácil: “hay que fichar un delantero, este equipo no tiene gol”. La opinión comodín válida para el 90% de los equipos del mundo.
Iago Aspas nunca va a tener sustituto acorde a su figura, porque no se puede pretender que jugadores de notable rindan como uno de matrícula. Lo extraordinario es lo que hace el “10” cada partido, no que haya otros 24 jugadores en la plantilla que no logren llegar a ese nivel. Por algo ha sido el mejor futbolista de la competición en la primera vuelta y por ello es motivo de orgullo para una afición entregada a él desde hace años.
Sabiendo todo esto, sorprende la contradicción permanente en la que vive el celtismo. De lunes a sábado presume de las hazañas del mejor jugador de su historia, de sus números solo al alcance de los elegidos y sus actuaciones heroicas. Sin embargo, llega el domingo y se gira contra su dirigencia por no tener un relevo a su altura. ¿Cómo va a alguien a suplir a Iago Aspas?